Una neuropsicóloga clínica debe tener diversos conocimientos. Además de la psicología, hay que saber a profundidad sobre neuroanatomía y las funciones cerebrales asociadas con el comportamiento, la salud mental y emocional, para detectar trastornos, evaluar, intervenir, realizar seguimiento y buscar soluciones apropiadas para cada paciente y su familia o tutores. Es importante conocer las bases neuroanatómicas responsables de la esquizofrenia, la psicopatía, el trastorno obsesivo-compulsivo, de ansiedad y del estado de ánimo, del sueño, de la alimentación, memoria, lenguaje, percepción, control motor voluntario, del neurodesarrollo, daño cerebral, función ejecutiva, TDAH y TEA, entre otros y reconocer los síntomas derivados de su alteración…